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Jordi Lidon, Social Media Manager de Trek Media.

Comunicación Online

 

Al igual que en offline, en online lo primero es definir el público objetivo, a quién queremos llegar. Definir el público objetivo empezando por la edad, el sexo y la situación geográfica. Las campañas offline, por ejemplo, exigen mucho más esfuerzo económico cuando lo geográfico es más amplio que lo online. La publicidad online siempre es más barata, más sencilla de segmentar y más sencilla de llegar. Primero tu puedes tener una plataforma propia online, una web. Luego tendrás que ver qué es lo que quieres hacer a través de esa plataforma.

 

La segunda parte de una web es como una tienda. Yo tengo una tienda, la tienda más bonita del mundo, pero ¿cómo hago para traer gente a mi tienda? Si monto la mejor tienda del mundo, pero nadie se entera de que la he montado, nadie va a venir. En online pasa igual. Monto una web,  y la gente no viene a oleadas. Con lo cual ¿cómo consigo que la gente venga a mi web, a mi espacio, a mi plataforma? A través de la publicidad y a través de la visibilidad.

 

Hay dos formas diferentes de llegar a una web. De forma natural, cuando yo busco en Google, busco en los resultados y pincho en los primeros, ahí entra todo el tema del SEO de Google. Tengo que trabajar mucho la web para que salga entre los primeros resultados, para que la gente llegue a mi web de forma natural. La web tiene que estar preparada para que Google vea que yo vendo eso que se ha buscado. Para tener más posibilidades de que cuando la gente busque eso venga a mi web.

 

Otra forma de atraer gente a mi web es a través de la publicidad, y la tercera forma sería usar otros medios como campañas en las redes sociales, email marketing y demás.

 

La parte de publicidad para llegar a una web hay muchas formas de hacerla. Por ejemplo, a través de Google. Yo busco en Google y en la parte de arriba aparecen unos anuncios. Es lo que se llama SEM, y es complicado gestionarlo, digamos que la marca paga por aparecer ahí. Es un sistema complejo de subasta por el cual yo pago según el precio de la palabra. Es mucho más caro la publicidad por “Hotel barato Bilbao”, que por “Comprar remolacha en Bilbao”, porque busca mucha más gente lo primero que lo segundo. La segunda sería muy barata porque tiene muy poca demanda.

 

Estar entre los anuncios de Google es como el gimnasio. Digamos que tu web es trabajada a diario para que esté siempre bien puesta, para que esté en forma. Eso lleva un trabajo y un esfuerzo continuo. Ese es el tráfico de SEO natural, y luego tienes esa parte de anuncios, que es como un “chute”, como un pastillazo en el gimnasio que te hace estar de pronto fuerte en tres días. Luego lo que pasa es que si dejo las pastillas, se me queda el cuerpo hecho polvo. Es decir, si yo invierto en publicidad aparezco de los primeros, y en cuanto deje de meterle adrenalina, ya no salgo, desaparezco. Tiene que haber un equilibrio entre que tu web esté bien, trabajando lo que es el SEO, y poner anuncios puntualmente. Ahí entraría ver cuánto quieres invertir en una campaña de publicidad y ver cuánta gente compite contigo. Si vendo remolacha y nadie compite contra mi, si alguien busca “Comprar remolacha” saldré el primero o el segundo, por eso en este caso no me interesaría tanto invertir en publicidad. Es importante tener en cuenta cuánta competencia tengo y si mi competencia trabaja mucho ese tema o no.

 

La parte de publicidad podemos trabajarla entonces a través de Google, a través de las redes sociales o a través de poner un letrero, por ejemplo, en otras páginas web. Poner un banner en una página web tiene un precio, que variará según el tamaño y según donde salga. Esta tarifado, para que sepas lo que te vas a gastar y para que sepas donde va a aparecer tu publicidad.

 

La tercera opción son las redes sociales. Opción muy buena porque en este momento es lo más barato que hay, sobre todo Facebook y YouTube, que nos va a costar que nos aparezca un anuncio mil veces menos de un euro. Además, conseguimos segmentar muy bien nuestro público final.

 

La última parte sería todo el tema de email marketing con base de datos. El email marketing puede ser muy intrusivo, porque una cosa es que tú hayas dado tu email a una web, que te hayas suscrito para que esa web te mande información, o que el propietario de la web consiga tu email a través de haber comprado una base de datos y te mande publicidad. Un email marketing a destinatarios que no son autorizados por el usuario es bastante invasivo. Tampoco es lo mismo que lo que ofreces sea atractivo y pueda tener interés para el usuario, o que vendas una aspiradora.

 

Normalmente no haces una cosa y si la otra. Suele ser una estrategia global en la cual tú optas por hacer online más offline, o una de las dos. Por ejemplo, no tengo dinero para hacer cuñas o salir en la tele, pues lo hago todo en online. Hago una pequeña web y apuesto por las redes sociales y por mandar emails. Tengo que tener muy claro siempre a quién me dirijo, dónde están, qué medios tengo y qué inversión puedo hacer y luego claro, quién lo hace, porque lo puedo hacer yo o lo puede hacer una agencia, y eso también son costes.

 

Las pequeñas-medianas empresas suelen decidir muchas veces llevar el Facebook ellos mismos sin contratar expertos, y claro, corren un riesgo porque lo que no es profesional puede que no te quede bien y sea contraproducente. Ahora Facebook cada vez que una página tenga 10.000 fans, lo que publicas no llega a 10.000, igual llega a 500 o  a 400. Porque Facebook quiere hacer de su red una fuente de ingresos. "Para que llegue a todos, pagame, no mucho, pero pagame". Facebook funciona muy bien como herramienta de comunicación de pago. Como herramienta gratuita cada vez pierde más porque ha decidido que quiere hacer negocio. Por eso, cuando se publica un contenido en una página, solo se lo enseña a un porcentaje de los que tienes como seguidores, y al resto "pagame". Que no es mucho, puede que sean 5 euros, pero vas sumando post tras post y al final es un dinero.

 

Al final, la base de todo esto es la estrategia. Definir quiénes somos y qué queremos y a dónde podemos llegar realmente. Y la segunda parte, definir bien la estrategia online y offline. El online decido qué plataformas, qué inversión y quién me lo hace.  Y luego, si tengo dinero y me emociono, ya puedo hasta hacer un street marketing y crear un hashtag para difundir esta acción y llamar a unos bloggers que sean influyentes para que vengan al evento, lo sigan y lo difundan. Es el nuevo llamar a la prensa para que difunda una acción a través de offline. Es la nueva difusión la online. Eso parte de la estrategia, que es la base.

 

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